El embarazo no es una enfermedad. Es una situación de la vida cotidiana, pero que requiere determinadas actuaciones específicas en materia de prevención de riesgos laborales.
Todos los riesgos que encontramos en el trabajo en las entidades financieras deben ser especialmente tenidos en cuenta en el caso de que la trabajadora esté embarazada o en el periodo de lactancia natural, por el mayor impacto que dichos riesgos pueden tener en la mujer o en el feto.
No existe ninguna obligación legal por la cual la mujer tenga que informar a la empresa de su estado de embarazo, pero siempre es recomendable que lo comunique a la mayor brevedad posible, para favorecer la aplicación de todas las medidas de prevención de riesgos adecuadas, con el fin de proteger tanto la salud de la propia trabajadora como de su hijo o hija.
Estar de pie de manera prolongada puede generar problemas circulatorios y de sobrecarga lumbar, incrementados en caso de embarazo. Para evitarlo:
Es tan malo estar toda la jornada laboral de pie como estar todo el tiempo sentada. La posición sentada durante un tiempo prolongado es prejudicial en general, pero especialmente durante el embarazo, ya que produce problemas en la circulación sanguínea así como problemas ergonómicos. Para evitarlos:
La mujer embarazada sufre cambios en su cuerpo que producen una modificación de su centro de gravedad, lo que hace que se incremente el riesgo de caídas y pérdida de equilibrio. Para evitarlo:
La mujer embarazada sufre mayores dolores en la espalda, principalmente en la región lumbar, por lo que debe evitar cualquier tipo de postura forzada y no debe levantar cargas pesadas.
Además, al ver mermada su destreza y habilidad, sobre todo en embarazo avanzado, hay un incremento de posibilidades de sufrir algún tipo de esguince o luxación por realizar posturas forzadas.
Tanto la trabajadora embarazada como el feto tienen una gran sensibilidad al ruido. Además de daños en el oído, un nivel elevado de ruido incrementa los niveles de estrés, lo que puede provocar algunos cambios hormonales, aumento de presión arterial, problemas de corazón,...
La protección del oído de la trabajadora con auriculares o similar no protege al feto, lo que en caso de que el ruido tenga un nivel elevado y no sea posible reducirlo, la trabajadora no debe estar expuesta al mismo.
Las personas que trabajan en el sector financiero, especialmente si lo hacen en puestos de cara al público, pueden verse expuestas a situaciones de violencia externa, por atracadores en casos de robo y por clientela, que en caso de disconformidad extrema con algún asunto financiero expresa su violencia verbal o, en el peor de los casos, de forma física contra la plantilla de la sucursal. Esto es especialmente grave en caso de embarazo, por la afección a la propia trabajadora como por las consecuencias que puede acarrear para el bebé. Para evitarlo, se puede actuar de diversas formas:
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