La exposición a factores de riesgo a lo largo de la jornada de trabajo y continua en el tiempo conlleva la presencia de riesgos laborales, los cuales posibilitan la producción de daños a la salud derivados del trabajo que, si no están reconocidos como Enfermedad Profesional se deben considerar Accidente de Trabajo. El riesgo será de mayor o menor nivel dependiendo de la probabilidad, la gravedad y el número de personas expuestas.
Estudios científicos del Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional (conocido por sus siglas en inglés como NIOSH) relacionan de forma evidente:
Las enfermedades músculo-esqueléticas son un conjunto de lesiones inflamatorias o degenerativas de huesos, músculos, tendones, articulaciones, ligamentos, vasos sanguíneos y nervios. Abarcan un amplio abanico de signos y síntomas que pueden afectar a distintas partes del cuerpo: cuello, hombros, espalda dorsal y lumbar, codos, manos y muñecas, piernas y rodillas, tobillos y pies.
Son el resultado del sobreuso del sistema musculo esquelético, no siendo suficiente el tiempo de recuperación del tejido y sobrepasando la capacidad de la persona. Se derivan de un desarrollo progresivo, es decir podría manifestar síntomas de forma rápida o gradual, agravándose a lo largo del tiempo. El hecho de que sus síntomas sean progresivos es una ventaja, ya que se puede prevenir interviniendo a tiempo y permitiendo la recuperación de la lesión, y a la vez un inconveniente, dado que el lento agravamiento de los síntomas puede hacer que no se les tenga en consideración hasta que el problema de salud se agrava.
Consulta aquí los daños a la salud que provocan los riesgos físicos y cómo prevenirlos
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